Revista digital AMEI-WAECE
El teatro infantil, llamado por algunos teatro para niños, refleja la vida que rodea a los pequeños por medio de personajes que actúan en un tiempo y espacio determinados, los cuales tienen que estar muy cercanos a la infancia.
La mayor parte de las veces, los personajes de estas obras son animales, plantas, muñecos que hablan y ríen, que actúan y representan para los pequeños espectadores. De esta forma, las situaciones que se dan en la obra ellos las sienten más cercana, y reciben lo nuevo de manera agradable y comprensible.
Como todo lo que se pone a su alcance, cuando se les presenta obras teatrales se pretende algo concreto: entretenerlos e influir favorablemente en su educación. Por eso la obra que se vaya a presentar debe ser seleccionada con cuidado especial. En tal sentido, el teatro infantil es un adecuado medio para introducir a los niños en la esfera de las emociones y los sentimientos.
El teatro no dicta leyes éticas ni estéticas, pero muestra de modo elocuente cómo se organiza y se pone de manifiesto la conducta humana en la vida cotidiana.
Es necesaria una aclaración. Algunos autores se preguntan si existe realmente el teatro infantil. Unos opinan que sí, y otros que no. Si se plantea que el teatro para niños ha de reunir características especiales, teniendo en cuenta aquellos a quienes va dirigido, se puede afirmar que existe un teatro infantil. Existe, y tiene sus propias características.
La fantasía no solo se la proporciona el tema o el argumento. Puede estar presente en el vestuario, en las acciones, en el ambiente. Estas obras de teatro para niños pequeños deben tener las siguientes características:
- Naturalidad
- Claridad
- Amenidad
- Brevedad
- Interés
- Fantasía
- Introducirlos en ese medio contradictorio, maravilloso y lleno de movimiento que los rodea.
- Enseñarles a orientarse en ese medio.
- Enseñarles a observar que las personas tienen sus propias características y que son iguales o diferentes en sus maneras de ser y actuar.
- Enseñarles a criticar las malas acciones y a solidarizarse con las buenas.
- Favorecer el desarrollo de su lenguaje e influir en el de su pensamiento.
- Ponerles en relación con los hábitos y costumbres de la vida que los rodea.
- Educarles en los sentimientos morales positivos.
- Favorecer su educación estética.
- Enseñarles a observar algo detenidamente.
- Favorecer el desarrollo de la imaginación, la memoria y la atención.
Desde los primeros años de la vida, es recomendable que los niños se relacionen con pequeñas obras de teatro. De esta forma comienzan a surgir los primeros sentimientos éticos y estéticos. También se favorece el desarrollo de su oído, la formación de su capacidad de atención. Muchas veces, ellos recuerdan acciones o expresiones de los personajes y los emplean en su lenguaje propio, lo que desarrolla no solo esta esfera de su capacidad intelectual, sino también su memoria.Cuando la niñez de la primera infancia se acostumbra a ver obras de teatro, aprende a ser buen oyente, a comportarse en público y a conservar los buenos modales en cualquier lugar, todo lo cual favorece su educación.Los niños son fantasiosos, y la fantasía está presente en toda obra de teatro, por lo que soñando y viendo sus sueños reflejados en el mundo ficticio de los personajes, ellos sacian su curiosidad de conocer y comprender mejor la vida de las personas, la vida que los rodea.Es lógico que los pequeños se interesen por el teatro con la misma fuerza que se interesan por las narraciones. En muchas ocasiones, ellos escuchan un cuento y se imaginan cómo son los personajes y el medio en que se desenvuelven sus vidas; todo esto lo ven en la escena.El teatro es para los niños el mundo que ellos desean, ese en el que siempre triunfan las buenas acciones, los buenos son premiados y los malos castigados, ese en el que el trabajo proporciona bienestar.Al presenciar una obra de teatro, extraen de ella aquello que su propia experiencia les ofrece en la vida diaria, aquello que se relaciona con sus intereses y movimientos.El teatro infantil es importante desde todos los puntos de vista. Es capaz de despertar las fibras más sensibles y de influir en la formación de sus sentimientos.Cuando un niño o niña de la primera infancia presencia una obra de teatro aprende a través de varios aspectos:
- Por el contenido
- Por la dicción de los personajes.
- Por la actuación.
- Por el mensaje.
- Por los movimientos.
- Por el vestuario.
- Por las costumbres que se ponen de manifiesto.
Las tareas que se les plantean a los creadores de teatro para niños no son nada fácil, en nada se diferencian de las que tienen ante sí los que crean cuentos y poesías. Ellos tienen una gran responsabilidad. Deben plasmar cosas que eduquen y a la vez resulten interesantes, que reflejen la vida y el trabajo de los individuos, etc.La obra teatral puede ser un puente entre la vida y los infantes. Para lograr esto, se ha de tener presente lo siguiente: el teatro tiene que estar lleno de bondad, reflejar lo mejor de las personas, hablar de victorias, ansias, sacrificios, o principios morales, sin perder en fantasía.
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