RELATO EMOCIONAL
Investigación creativa a partir de la emoción de la ALEGRÍA.
INTEF: MOOC "Inteligencia Emocional desde el Teatro Aplicado".
Canción: “I will survive” de Gloria Gaynor.
Nada más salir de casa sentí el calor del sol y el fresco de
la mañana primaveral, los días de Primavera me hacen sentir bien, camino
erguido, más rápido, el paso es acompasado y danzarín. De camino al trabajo pude sentir el olor
profundo de los naranjos en flor, es una aroma agradable, a limpio, que me
recuerda el armario de la ropa de casa de mi abuela.
Me encanta observar a las personas con las que me cruzo. Las
que acostumbro a ver todas las mañanas que me regalan la tranquilidad y la
calma de que voy a la hora, de que todo está bien. Y las que veo por primera
vez. Algunas personas con las que me cruzo despiertan mi creatividad, imagino
de dónde vienen y a dónde van, qué les ocurre y fantaseo hasta llegar al
trabajo, eso me divierte.
Al llegar al colegio me encuentro las caras de mis chavales,
con sus efusivos saludos “voz en grito”, me llenan de ilusión y hacen que mi
trabajo me entusiasme más, si cabe, y que vuelvan a revolotear las mariposas en
mi estómago.
Hoy hemos empezado un proyecto nuevo, sobre “los sueños”,
les he presentado un vídeo que he preparado para motivar su interés y
participación. Les ha sorprendido, han estado muy atentos y, al final, han
aplaudido, me siento orgulloso por el trabajo y agradecido por su reacción.
Al mediodía me
ha dado tiempo de volver a casa a comer, es un disfrute poder partir la
jornada, la tarde se hace mucho más llevadera. Cojo el autobús y por el camino
pienso en que me voy a hacer para comer, se enciende la bombilla y empiezo a
salivar, recuerdo que tengo un táper con las sobras de arroz del domingo de
casa de mis padres.
Como tranquilo,
reposo la comida en el sofá, incluso me da tiempo de dormir una siesta de 20
minutos, que placer.
Me despierta el
sonido de un whatsapp, es un audio, mi
sobrino me propone que vaya a jugar con él esa tarde y que me acuerde de llevarle
un paquete de Superzings, me río, me emociona toda su inocencia y ternura.
Al terminar las
clases de la tarde llega la despedida hasta el día siguiente. Como todos los días,
uno a uno, me despido con ¿abrazo o choque?, me parece entrañable como deciden,
como me regalan su cariño y admiración, me siento querido.
Cojo el coche, me sorprende que no hay casi tráfico, pongo
la radio y suena “I will survive” de Gloria Gaynor, la pongo a toda pastilla y
canto.
Llego a casa de mi hermana, mi sobrino se ha escondido
debajo de los cojines y las mantas del sofá del salón, rito que hace todos los
días que voy, me divierto con el juego: - ¿Se ha ido Lukas?, pega un grito, yo
me asusto y salta a darme un besazo. Sin olvidarse: -¿Me has traído el
Superzings?. Jugamos un rato. Me tomo un café con mi hermana, hablamos de cómo ha ido el día, es un momento
de tranquilidad.
Vuelvo a casa, cojo la bolsa y me voy al gimnasio, hacer
deporte me hace sentirse muy sano, me recarga las pilas, me rio mucho cuando no
soy capaz de seguir la coreografía del Zumba, me da igual equivocarme, canto,
bailo y es un espacio en el que desconecto de todo, sólo hay conexión
mente/cuerpo. Me lleno de energía, me reactivo, salgo con las pilas cargadas.
Al salir del gimnasio me encuentro a un amigo, hace tiempo
que no nos veíamos, así que nos vamos a tomar una caña, dos cañas… terminamos cenando
una hamburguesa por ahí. Me siento agradecido de tener buenos amigos, de poder
compartir con ellos problemas, ilusiones, proyectos…
Llego a casa, hoy me doy permiso, no voy a hacer nada del
trabajo. Cojo la manta, me tumbo en el sofá, me pongo la serie de Netflix y al
rato me despierto, me doy cuenta que me había dormido.
Me lavo los dientes, me pongo el pijama, el olor de las
sábanos limpias me reconforta y me duermo plácidamente recordando todas las
cosas buenas que me han ocurrido a lo lardo del día.